domingo, 8 de mayo de 2011

EL ADOLESCENTE IV. CORAZÓN INTELIGENTE IV

Resulta tremendamente fácil juzgar y etiquetar. Cuántas veces lo habrán hecho con nosotros mismos o con alguien a quien nosotros conocemos ¿No es cierto? Pero lo sorprendente es que esas etiquetas pueden indicar que existe algo muy valioso escondido, para ello, basta observar el siguiente video :



Por tanto, debemos tener mucho cuidado en cómo tratamos a nuestros alumnos/as y/o nuestros hijos/as ya que, como dice mi querido y admirado D. Eduardo Punset en su último libro "Excusas para no pensar" Ed. Destino Barcelona (2011), "el sistema educativo que dio trabajo a las generaciones anteriores ahora es incapaz de facilitarlo a los jóvenes si no están dotados de las nuevas competencias para abrirse camino: la capacidad de concentración, la vocación para solventar problemas, la voluntad para trabajar en equipo, desarrollar la inteligencia social y aprender, por fin, a desarrollar sus emociones".

Nuestra misión por tanto, como educadores, es ayudar a los/as  chicos/as a trazar caminos, horizontes, senderos basados en a toma de sus propias decisiones, firmes, en hacer de ellos individuos con una autoestima fuerte, sin vacilaciones.

Como indica D. Eduardo Punset :"Hoy en día se advierte la ausencia escalofriante de libros o asignaturas científicas dedicada al aprendizaje social y emocional".

"El psicólogo Mark Greenberg también dedica sus investigaciones a comprobar la efectividad de las actividades escolares para mejorar las habilidades sociales, emocionales y cognitivas de los estudiantes de primaria y secundaria. Ha demostrado, mediante estudios realizados durante treinta años en Estados Unidos, Suiza, Países Bajos y otros lugares que, cuando se les enseña a los niños habilidades para calmarse, se les explica cómo identificar sus sentimientos y cómo hablar adecuadamente sobre ellos, mejoran de un modo natural sus habilidades para relacionarse con los demás y también mejoran sus habilidades académicas."

Relata el profesor Punset que "Richad Davidson, neuropsicólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, ha trabajado durante muchos años analizando tipos de intervenciones que se pueden diseñar, por ejemplo, para aumentar la cooperación, la compasión y el altruismo en los niños. En una entrevista en 2009 me contó
que basándose en lo que sabemos sobre el cerebro, estas intervenciones tienen un impacto mucho más duradero si se producen antes de la adolescencia. "Sabemos, por ejemplo, que una de las partes más críticas del cerebro a la hora de controlar las emociones es la corteza prefrontal, una región situada en la parte de delante del cerebro. Y sigue desarrollándose hasta un poco después de la adolescencia, hasta los veinte años, aproximadamente. De manera que las intervenciones que se produzcan antes de eso serán más útiles. Además, es muy probable que haya una gran transición entre los cinco y los siete años de edad en los humanos. Hay muchos motivos para creer, también, que las intervenciones que se hagan antes de esa transición serán especialmente eficaces a la hora de sentar las bases con habilidades que, si persisten, permitirán otras habilidades que se asienten en ellas. Es como una especie de andamiaje. Davidson ha descubierto que con sólo dos semanas de entrenamiento del cerebro con técnicas de meditación, practicando 30 minutos al día, se pueden detectar cambios en la actitud altruista o la compasión de jóvenes y adultos."







Y, a continuación, unas magníficas reflexiones cargadas de contenido, que nos harán disfrutar :